Ayer domingo por la tarde cuando ya se ponía el sol por Meirás, llegué al lago de Valdoviño, más que nada para pasear un poco, después de saludar a Juan Manuel Tojeiro que se iba para su querida Capelada, como digo me di un paseo cámara al hombro sin nada que llevarme al objetivo, cuando me dirijía al coche para irme, me asaltó este petirrojo y digo asaltó porque practicamente fue asi, empezó a hacer piruetas delante de mi, parecía un ratoncillo saltando de aqui para allí, llegó a ponerse tan cerca que se salía de foco, en ocasiones tuve que alejarme para poder enfocarlo, vaya pues esta entrada completa dedicada a él y a todos los petirrojos que nos alegran casi siempre y en cualquier lugar nuestras salidas al campo.
4 comentarios:
Hola Pepe:
Fotazas, si señor... Creo que a ese lo conozco; seguramente era seguidor de la serie "Curro Jimenez" ya que se dedica a asaltar caminos; a mi, un día se me metió dentro de las patas del trípode... y yo estaba usándolo.... creí que era un ratoncillo..
Si, es curioso, alguna vez lo tengo visto esperando encontrar algo distinto y acabar pensando "tú otra vez" y asi en cien sitios distintos, yo siempre digo del petirrojo que sale conmigo y me acompaña toda la jornada. Un saludo Antonio, bonito palustre.
Bueno, no era lo que buscabas pero siempre son simpáticos, por A Capelada vi unos cuantos, también daba la impresión de que te salían al paso por los caminos, jejeje.
Saludos!!
Si Juan este año creo que vi más que nunca.Un saludo
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